Christophe Martinot

Agilidad empresarial: ¿Qué es, por qué la necesitas?

Agilidad empresarial: ¿Qué es, por qué la necesitas?

Tanto si eres un empresario como un líder empresarial, el concepto de agilidad empresarial probablemente te suene a idioma extranjero. Pero los beneficios son claros: la agilidad empresarial puede ayudar a tu empresa a reaccionar mejor a los cambios del mercado y a romper los silos internos que pueden estar frenando su actividad.

¿Qué es la agilidad empresarial?

En un entorno empresarial que cambia rápidamente, la agilidad es la clave del éxito. Pero, ¿qué es la agilidad empresarial? En esencia, la agilidad empresarial es la capacidad de adaptarse rápidamente a los cambios del mercado. Pueden ser cambios en las demandas de los clientes, en la tecnología o en la competencia. Para ser ágiles, las empresas deben ser capaces de cambiar rápidamente sus estrategias y operaciones.

Ser una empresa ágil tiene muchas ventajas. Por un lado, permite a las empresas ser más receptivas a los cambios del mercado y satisfacer mejor las necesidades de los clientes. Las empresas ágiles también son más capaces de aprovechar las oportunidades a medida que surgen. Y lo que es más importante, la agilidad proporciona a las empresas una ventaja competitiva en el cambiante panorama actual.

¿Cómo pueden las empresas ser más ágiles? Hay algunas cosas clave que deben estar en su sitio:

En primer lugar, las empresas deben contar con la estructura organizativa adecuada. Esto significa tener una organización plana y descentralizada con equipos capacitados. Este tipo de estructura permite una rápida toma de decisiones y acciones.


En segundo lugar, las empresas deben tener la cultura adecuada. Esta cultura debe fomentar la asunción de riesgos y la innovación, al tiempo que valora la colaboración y la orientación al cliente.


En tercer lugar, las empresas necesitan disponer de las herramientas y tecnologías adecuadas. Esto incluye cosas como aplicaciones basadas en la nube y herramientas de análisis de datos en tiempo real. Estas herramientas permiten compartir información y tomar decisiones más rápidamente en toda la organización.


En cuarto lugar, las empresas necesitan contar con procesos sólidos que puedan adaptarse rápidamente según sea necesario. Esto podría incluir cosas como las metodologías Lean y Agile. Por último, las empresas necesitan contar con el personal adecuado. Esto significa contar con miembros del equipo que sean adaptables, innovadores y centrados en el cliente.

Al poner todas estas piezas en su sitio, las empresas pueden posicionarse para ser más ágiles y responder a los cambios constantes del mercado.

¿Por qué beneficiarse de la agilidad?

En un entorno empresarial que cambia rápidamente, ser capaz de pivotar y adaptarse rápidamente es esencial para el éxito. Ahí es donde entra en juego la agilidad empresarial. La agilidad empresarial es la capacidad de una organización para responder rápidamente al cambio. Se trata de ser flexible y adaptable, para poder aprovechar las oportunidades a medida que surgen y evitar ser sorprendido por las amenazas. La agilidad empresarial tiene muchas ventajas, entre ellas:

 - Mayor competitividad: En la economía actual, las empresas tienen que ser capaces de moverse rápidamente para mantenerse por delante de la competencia. Ser ágil le da la capacidad de responder rápidamente a los cambios en su sector o mercado.

 - Mejora de la satisfacción del cliente: Cuando uno es ágil, puede adaptarse rápidamente a las necesidades y expectativas cambiantes de los clientes. Esto conduce a una mayor satisfacción y lealtad de los clientes.

 - Mayor eficiencia: La agilidad puede ayudarle a racionalizar los procesos y eliminar los residuos, lo que da lugar a una organización más eficiente.

 - Reducción del riesgo: Al ser más receptivo al cambio, puede reducir el riesgo de tomar decisiones obsoletas o que ya no son relevantes.

Si tu empresa aún no es ágil, es hora de hacer el cambio. Aquí tienes algunos consejos para empezar:


 1. Define lo que significa la agilidad para tu organización. ¿Qué aspecto tiene? ¿Qué procesos deben cambiar? ¿Qué tienen que hacer los empleados de forma diferente? Ten en cuenta que no hay un enfoque único para todos: lo que funciona para una organización puede no funcionar para otra.

 2. Crea una hoja de ruta. Una vez que sepas a dónde quieres ir, traza cómo vas a llegar allí. ¿Qué es lo primero que hay que hacer? ¿Cuáles son los pasos que hay que dar? ¿Qué recursos necesitas?

 3. Haz de la agilidad un valor fundamental. Incorpora la agilidad a la cultura de tu organización convirtiéndola en un valor fundamental. Esto garantizará que todo el mundo esté a bordo y se comprometa a realizar los cambios necesarios para el éxito.

 4. Estate preparado para experimentar. El cambio puede dar miedo, pero también es esencial para el crecimiento. Anima a tu equipo a experimentar y probar cosas nuevas. No todo va a funcionar, pero nunca lo sabrás si no lo intentas.

 5. Sé paciente. Hacer el cambio a una organización ágil lleva tiempo: no esperes resultados de la noche a la mañana. Lleva tiempo cambiar los procesos y la cultura, así que sea paciente y mantenga el rumbo.

Simplificando la definición

Para entender la agilidad empresarial, es importante entender primero lo que no es. La agilidad empresarial no consiste únicamente en ser capaz de moverse rápidamente o de responder al cambio. Tampoco consiste en ser capaz de hacer más con menos.


La agilidad empresarial consiste en tener la capacidad de adaptarse rápidamente a los cambios del mercado para mantener una ventaja competitiva. Esto requiere que una empresa sea capaz de evaluar rápidamente las tendencias del mercado y las necesidades de los clientes y, a continuación, realizar los cambios necesarios en su modelo de negocio o en su oferta de productos.


 Para ser ágil, una empresa debe tener lo siguiente

 1. Una clara comprensión de sus clientes y de lo que quieren/necesitan

 2. La capacidad de desarrollar y desplegar rápidamente nuevos productos o características

 3. Una estructura organizativa flexible que pueda adaptarse rápidamente al cambio

 4. Las herramientas y tecnologías adecuadas para apoyar el cambio rápido

 5. Una cultura que valore la velocidad y la agilidad por encima del perfeccionismo.

Los componentes de la agilidad empresarial


Hay cuatro componentes principales de la agilidad empresarial:


1. Estructura organizativa: Una organización ágil suele ser plana, con pocos o ningún nivel de gestión. Esta estructura fomenta la comunicación y la colaboración entre los empleados, y permite una rápida toma de decisiones.

2. Procesos: Las organizaciones ágiles utilizan procesos ágiles y sencillos para promover la eficiencia y minimizar el despilfarro. Estos procesos están diseñados para ser flexibles, de modo que puedan adaptarse fácilmente a los cambios en el mercado o dentro de la organización.

3. Las personas: El activo más importante de una organización ágil es su gente. Las organizaciones ágiles valoran la capacitación de los empleados, la creatividad y la orientación al cliente.


 4. La tecnología: Para ser ágiles, lo ideal es que las organizaciones cuenten con la tecnología adecuada para respaldar sus procesos y su personal. Esto incluye sistemas de software y hardware diseñados para ser flexibles y escalables.  


Si te interesa saber más sobre el tema, consulta nuestra formación sobre Agilidad empresarial/ Business Agility

Thank you!
Created with