¿Alguna vez te has preguntado qué son los OKRs? ¿Te gustaría saber por qué ayudan a gestionar los cambios, agilizar el trabajo y mejorar los resultados empresariales? A continuación, te contamos los secretos de los objectives and key results, o lo que es lo mismo, los objetivos y resultados clave.
Organizaciones tan conocidas como Google, Twitter o Airbnb tienen implantado esta metodología para definir objetivos que ayuda a los equipos a establecer metas claras que se puedan medir para gestionar su funcionamiento.
De hecho, su efectividad está más que probada, sobre todo con equipos que la combinan con la metodología agile.
¿Qué son los OKRs? Una metodología para definir objetivos
Cada vez son más las entidades que recurren a los
OKRs y a la formación sobre agile WOW (way of working) al ser una combinación altamente efectiva para la productividad empresarial.
Con ellos obtienes respuestas a dos preguntas: ¿qué quieres lograr? y ¿cómo conseguirlo?
El qué son los objetivos clave. Son pocos y se marcan para ciclos cortos, normalmente, de unos tres meses. No tienes que incluir porcentajes o cifras a lograr en este apartado.
A continuación, has de preguntarte qué tienes que conseguir para lograr esos objetivos: los resultados clave. Establece de 3 a 5, cuantos menos, mejor. Han de ser medibles, concretos y específicos. Ten en cuenta que no son actividades.
Por último, pregúntate qué tienes que hacer para obtener esos resultados. En este caso, la respuesta son las acciones clave. Estas sí pueden ser actividades y el número aconsejable debe oscilar entre 3 y 5. Además, deben ser ejecutables en los periodos de medición.
Una vez desarrollados los OKR, los beneficios son incontables para el funcionamiento de todo tipo de grupos profesionales, desde los equipos de marketing a cualquier otro sector. Esto incluye recursos humanos, ventas, contabilidad, gestión de compras e informática, entre otros.
¿En qué consiste el uso de OKRs?
Esta metodología para definir objetivos se basa en marcar unos objetivos, unos resultados clave y unos métodos de puntuación. Además, está estrechamente relacionada con la filosofía agile, ya que acelera la acción y la toma de decisiones, mejora la comunicación y la transparencia y reduce el miedo a equivocarse.
A diferencia de los KPI ( key performance indicators), los cuales se ocupan de medir, los OKR buscan enfocar, impulsar, motivar y guiar.
¿En qué niveles organizativos se pueden emplear?
Estos objetivos y resultados clave pueden usarse tanto para el trabajo de ejecutivos como para el del resto de niveles de una organización. De hecho, no se aplican solo en el mundo empresarial, sino en ámbitos como el deportivo o el de entidades sin ánimo de lucro.
Si quieres un negocio que funcione mejor, aunque aún no hayas aplicado la metodología agile, al menos, usa esta forma de maneho de los objetivos. Gracias a ella, tus empleados adquirirán la filosofía del aprendizaje continuo y la colaboración, perderán el miedo a fallar y aumentarán sus niveles de comunicación y su rapidez en la toma de decisiones.
Adaptación al contexto y las circunstancias cambiantes
Con estos sistemas de trabajo, la norma es adaptarse a los cambios y a los nuevos escenarios. Para ello, los objetivos que dejan de ser relevantes se modifican, lo mismo que las tácticas que no arrojan resultados. En una época de incertidumbre y variaciones repentinas, estos planteamientos son, prácticamente, los únicos posibles.
¿Cómo aplicar esta métodología para definir objetivos en tu empresa?
Ahora que ya sabes qué son los OKRs, es esencial que sepas cómo aplicarlos para tu caso concreto. El primer paso es contar con el compromiso de todos los niveles de la organización, ya que ninguna metodología de medición funciona sin este requisito.
Los ejecutivos o directores generales tienen que dar ejemplo y ser los primeros en aplicarla. No en vano, ellos marcan los objetivos principales. En ese sentido, lo más importante es que se comuniquen bien a los mandos intermedios y que estos, a su vez, planteen con sus equipos otros objetivos en sus respectivos niveles. De este modo, cada trabajador, individualmente, define los suyos propios.
En todo este proceso, sigue las siguientes pautas:
- Mantén la simplicidad en los procesos.
- Sé específico en la comunicación y utiliza la organización en cascada.
- Plantea metas medibles.
- Segmenta objetivos que supongan retos poco realistas.
- Reconoce el trabajo del equipo.
¿Qué beneficios verás en poco tiempo?
Una vez apliques todas estas pautas, verás pronto los resultados en los que se deriva:
- Impulso a la innovación.
- Simplicidad y la agilidad.
- Mejora de la disciplina.
- Empoderamiento individual y grupal.
- Alineación con la misión, visión y valores de la empresa.
- Aumentará la flexibilidad y la transparencia, lo que dará a tu organización una fuerza prácticamente imparable ante adversidades.
Ahora ya sabes qué son los OKRs y como esta forma de gestión de objetivos está estrechamente ligada a la filosofía agile. En conjunto, ambos conceptos se engloban en nuevas modos de trabajo que impulsan la creatividad y la resiliencia, además de aumentar la rapidez de la gestión y la capacidad de adaptación.
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