¿Sabes por qué los OKRs se adaptan tan bien a los equipos ágiles? Surgieron de Google y gracias a ellos la dirección de equipos y personas en una organización mejoran su rendimiento. Por ello, la metodología de objetivos y resultados clave está cada vez más presente en las empresas.
La transición a Agile
La transición hacia la mentalidad Agilerequiere un cambio de enfoque y compromiso de toda la organización basado en la transparencia y seguimiento del progreso. Al definir los OKR las personas participan más, se implican y se motivan en la consecución de las metas marcadas. Por eso, Agile y OKR pueden trabajar en la misma dirección.
El punto de partida es establecer la estrategia de la empresa para, posteriormente, marcar objetivos de alto nivel con métricas que comprueben su cumplimiento. A continuación, se dividen lo objetivos por áreas hasta llegar a los equipos y las personas, quienes, a su vez, definen sus propios objetivos y sus métricas.
Así, Agile y OKR potencian la transparencia, el trabajo colaborativo y la adaptación al cambio gracias a estructuras flexibles. Estos plasman la estrategia en objetivos individuales para obtener una alineación entre ambos y mejorar el proceso de toma de decisiones. De este modo, los componentes del equipo tienen espacio para tomar sus decisiones encaminadas a esos grandes objetivos.
Autogestión del empleado
Este sistema se enfoca hacia la mejora continua y al aprendizaje constante. De este modo, la receptividad al cambio es mucho mayor y evitas tener que microgestionar las tareas individuales del equipo.
Los objetivos compartidos y la transparencia en toda la empresa están en el centro de esta forma de trabajar. Así, visualizas el flujo de trabajo, introduces bucles de retroalimentación y te organizas para conectar la estrategia, los objetivos y el trabajo de equipo con claridad. Para ello, las métricas te ayudarán a cumplir con aquello que te hayas propuesto.
Aplicación del WOW en todos los sectores
Este paradigma es válido tanto para equipos de marketing como para altos ejecutivos de cualquier otro sector, industria o comercio. De hecho, grandes compañías como Google, Twitter o Airbnb lo utilizan para mejorar sus resultados.
Dentro de una organización, los procesos ágiles para la gestión representan los medios y métodos de trabajo adoptados para la acción en equipo. Por su parte, los
OKR
representan los resultados de valor que pretendes lograr y marcan el camino de la dirección de tu negocio. De este modo, esta coexistencia de filosofías desarrolla el potencial para alinear el trabajo con la misión de la organización, lo cual impulsa el compromiso de los empleados.
Alineación con objetivos estratégicos
Adoptar el enfoque Agile es un magnífico punto de partida para introducir procesos, prácticas y principios que aumenten la productividad. La introducción de la iteración, la colaboración y la proactividad significa que has logrado adoptar la mentalidad ágil y compartes sus valores fundamentales. Lo mismo ocurre si has hecho cambios a nivel departamental e individual tendentes a proporcionar más transparencia y flexibilidad. En este sentido, la metodología Agile alinea con éxito tus procesos de trabajo si tus objetivos son compartidos y aceptados por todos.
Objetivos comunes
Para que esto funcione, tienes que implicar a todos los empleados para que conozcan y compartan la misión, visión, valores y objetivos. El marco OKR sugiere una forma simple y muy efectiva de hacerlo: transparencia en toda la empresa. Tener objetivos principales compartidos garantiza que las personas sean conscientes del valor comercial de su trabajo. Así, colaborarán más y mejor, al tiempo que se sentirán más responsables de sus competencias.
Evaluación de objetivos a través de cadencias
Una gran ventaja y una parte vital del marco OKR es la regularidad de su evaluación a través de cadencias frecuentes. En realidad, no hay un manual con especificaciones de cumplimiento general. Por eso, tu organización puede modificarlos según sus necesidades. Por ejemplo, muchas compañías evalúan cada tres meses para obtener respuestas rápidas a los cambios, mientras introducen mejoras en la siguiente iteración.
Estas consideraciones son comunes a ambos sistemas, tanto
Agile como OKR. Ambos generan resultados en periodos cortos y esto les permite la corrección y el cambio ágil cuando es necesario.
Igualmente, con las evaluaciones constantes, puedes darte cuenta si vas en la dirección correcta, ya que te mantienes al tanto del estado de tu progreso, así como de los resultados de tu negocio.
Por eso, los objetivos y resultados clave ayudan de forma definitiva a los equipos ágiles. Se adaptan tan bien porque logran un mayor compromiso de los empleados al permitir que las personas se organicen por sí mismas. Además, proporcionan mayor claridad mediante la utilización de técnicas de visualización y los datos compartidos, al mismo tiempo que enfocan y alinean los objetivos mediante la evaluación periódica de los resultados.
Como ves, los OKRs combinan perfectamente con los equipos ágiles para mejorar el rendimiento de una empresa. Todo es cuestión de tener claros los objetivos y un alto grado de compromiso de toda la organización. ¿Te gustaría aplicarlo en tu negocio? En AgileWoW4all estamos especializados en formación sobre Agile WOW. ¡Contáctanos!